Articulea. Otro hilo de noticias interesante.
Feb 1, 2022
“Yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla.” - Nicolás Maquiavelo
Información por castigo
Como ávido lector de prensa, cada día recorro las portadas de los diarios en busca de mi dosis de desinformación. A falta de redes sociales, ese scroll infinito sugiere que los diarios se están transformando en una forma de hilo infinito donde leer artículos irrelevantes.
Un mantra cada vez más manido es que vivimos en la era de la (des)información. Y mientras surge este tema en una conversación, hay varios cientos de periodistas escribiendo noticias para diarios. Como monos en una copistería, a la caza del clickbait. Los diarios más atrevidos incluso tienen una opinión sobre este polémico término.
Un muro adelantado a su época
La era digital sobrevino de manera especialmente brusca tras el estallido de las punto com. Internet se perfilaba como un nuevo mundo (¿metaverso?) en el que tendrían lugar muchas de las actividades que hasta entonces sucedían de manera analógica. Por darle un nombre a la lectura en papel.
De repente, los proveedores de internet eran los únicos haciendo caja en un nuevo sistema donde acceder al contenido parecía ser gratis para todo aquél que tuviera conexiones. Empresas que tenían altas rentabilidades, se vieron forzadas a reinventar su negocio. El País, fue uno de los primeros diarios en implementar un muro de pago, y no tardaron mucho en dar marcha atrás, aunque la idea era buena, la sociedad no parecía preparada para empezar a pagar online.
Poco a poco, todos los servicios online, se fueron conformando con un modelo de negocio alternativo, que si bien no era lo ideal, en ocasiones podía ser hasta rentable: la publicidad. Lo que nadie predijo es que el modelo de negocio basado en la publicidad, devendría en la prostitución de nuestros datos, y en una progresiva decadencia del quinto poder.
Netflix como modelo y paradoja
Varios lustros después, el modelo basado en la publicidad ha ido perdiendo adeptos, a medida que aumentaba la seguridad y la confianza en internet, y se abría la puerta a las pasarelas de pago.
En los últimos cinco años, hemos asistido a la revolución de la suscripción, un sucedáneo del alquiler, sin derecho a compra. También a la prensa le llegó su San Martín (o a sus lectores, según puntos de vista), y la mayoría de diarios convencionales, incluyen ahora un muro de pago.
Así las cosas, para leer artículos aquí y allá, hay que estar abonado a varias publicaciones. Lo cual no sería un problema si la calidad y el lector (en última instancia el cliente), fueran las prioridades de la empresa.
Modelo mixto, éxito asegurado
Llegados a este punto, si eres un lector de prensa, puede que ya hayas pagado la suscripción a algún diario online.
Si es así, habrás observado cómo, aún pagando una suscripción, el SPAM llega con la misma puntualidad, y la publicidad sigue cubriendo un 30% de tu pantalla mientras te abres paso entre titulares.
Siguiendo con El Mundo como ejemplo, ofertan también una aplicación – Orbyt – a medio camino entre lo digital y lo analógico, en la que se puede leer en formato digital la versión de papel. Sin embargo, la suscripción a Orbyt no incluye la lectura online. Un usuario abonado a esta aplicación, tendría que pasar por caja de nuevo, si quiere leer el mismo artículo en la versión online.
Cabe preguntarse si realmente el muro de pago son los nuevos cimientos del periodismo de calidad, o el clavo ardiente al que se agarra un sector en decadencia.
El coleccionista de artículos
Los periódicos y periodistas son fuerzas indomables. Es difícil saber cómo evolucionarán los métodos de divulgación. Lo que está claro es que este panorama plantea un enorme problema: dar con artículos relevantes y de calidad es cada vez más difícil, y más caro.
El problema no tiene fácil solución, pero existen aproximaciones. Los buenos artículos y los titulares relevantes existen, y se escriben a diario. La dificultad para dar con ellos radica en que, como dice Maquiavelo, están escondidos entre tanta morralla, que es difícil no caer en la confusión, nadando entre los titulares sensacionalistas y la publicidad agresiva.
Para salvar este problema, para mi, y para la gente con quien comparto mis lecturas, he creado Articulea. Una web en la que listo artículos que cumplan con unos valores: Integridad, Relevancia, Actualiad y Calidad. Con este pequeño proyecto y mucha motivación, trato de rescatar de la irrelevancia buenos artículos de prensa, que no necesariamente están en portada. Lecturas interesantes que no tienen por qué ser las más rentables.
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